sábado, 16 de julio de 2011

A mi abuelo Pedro


La vida es una rueda mágica,

la vida es como una calesita.
Siempre dando vueltas
y volviendo al lugar de partida.

La vida es como un parque de diversiones.
Sólo ves los fuegos artificiales.
La gente riendo, los copoz de maíz...
Pero los parques de diversiones
no están abiertos todo el día
ni todos los días.

Y es en ese momento
cuando las luces se apagan
y te quedas sola en la oscuridad
llamando a alguien que nunca va a llegar...
Tratando de entender
que es lo que hiciste mal,
tratando de saber cómo reaccionar.
Cómo cerrar las heridas
y cómo borrar cicatrices.

Y es en ese momento del día
cuando más te necesito.
Necesito tus manos
que auyentaban mi agonía
y me imponían la risa...
Y justo en ese momento
es cuando te llamo.
Y justo en ese momento
es cuando no estás.
Los juegos, los parques
tus besos y abrazos
los necesito como si fuera ayer....
cuando corría a tu encuentro
y me refugiaba en tus brazos.
Cuando cantábamos juntos,
cuando peleábamos, cuando estabas....
Decidiste partir
sin previo aviso.
Decidiste olvidarme....
sin pensar que al irte me dejabas
y al matarte, me matabas.
Foto subida a las 9:15

viernes, 15 de julio de 2011



 Estaba pensando en lo que pasó,
Mire tus ojos y algo me entristeció.
Había en ellos una mezcla de amor
Y de ilusión.
Y no pude seguir mirando
Pues en los míos solo había dolor.
Te mentí, te engañe y no me arrepiento,
Porque sé que en mí no hay nada que se conmueva por ti.
No te extraño cada mañana al levantarme,
Ni te lloro, ni te sueño.
Entonces por que será que al mirarte
Una briza me corrió por dentro?
Estoy triste y confundida
Y me duele lastimarte.
Seguro tú no lo sabes y no paras de mirarme
Pero siento que me clavas mil puñales,
Pues mis ojos se sienten culpables
De haberte dado ilusiones, de haberte hecho creer
Que mientras te besaba te amaba…
Cuando solo pensaba en él.

jueves, 14 de julio de 2011

VEO-VEO

Parada frente al umbral observo mis días pasados. Veo a la niña vestida de rosa, jugando inocente a no sé qué cosa. Y veo al dolor teñirle el vestido.
Todo pasa tan rápido… Veo a esa amada mascota que un día se fue para no regresar, y no se a donde, no se lo pudieron explicar. Y veo tan triste a la niña…
Veo la calesita, las hamacas, las muñecas. Su rostro apacible y sereno, casi angelical, y sus dulces maneras. El colegio, los amigos, la guitarra y las canciones. Y la expresión de su rostro que de a poco se transforma, los ojos se humedecen y su sonrisa se desvanece.
Esa niña va creciendo, por lo tanto va sufriendo, pues por niña no comprende como todo se transforma, y comienza a ver como el mundo de los ¨grandes¨ es distinto al de los ¨chicos¨. Las mentiras, los engaños, la tristeza y la miseria de este mundo tan humano, de este mundo de dolor.
Ya las múltiples heridas de su alma están a simple vista, muchas de ellas sin cerrar.
Esa niña no es más niña.
Y veo como la golpea la vida y como ella comienza a rebelarse, contra el mundo y contra ella misma, sin saber cómo se lastima. Buscando la manera de cambiar las cosas que le hacen tanto mal, sin saber que la que tendría que cambiar es ella. Ella, la lastimada que lastimo. Ella, la engañada que engaño. Ella la sufrida que hizo sufrir, ella… o sea yo.
Y sigo observando, y veo cuanto sufrió cuando creyó conocer el amor. La veo maldecir, llorar, desconsolada, creyendo que amor es sinónimo de dolor. La veo infeliz, con ganas de no vivir. Y veo como se equivoca.
Veo cuando conoce a un buen amor, al hombre que la hace llorar, pero de felicidad… con solo mirarla, con solo tocarla, estando a su lado. Y los sentimientos la desbordan y se siente feliz. Ella, la que ahora puede ver el amanecer y dar las gracias por seguir viviendo cada día. Porque ahora ella siente, ella ama, ella cree.
Ella, o sea yo.

24-08-99